De El Cruce al Bejarano

Hemos iniciado el camino en la gasolinera de El Cruce. En realidad, es la continuación de la Vereda de Trassierra, cuya primera etapa está descrita en un post anterior.



El sendero, bien señalizado, inicia pronto una ligera y larga ascensión, que luego hay que bajar con una pendiente mucho más pronunciada.
La vereda termina junto a la carretera de Trassierra y, en ese mismo lugar, comienza un nuevo sendero que nos conducirá hasta el arroyo Bejarano.
El nuevo sendero es mucho más ancho, y es posible que nos crucemos con algún vehículo a motor. El paisaje es el característico de la dehesa.
La pista nos conduce hasta una explotación ganadera que nos obliga a caminar entre vacas y novillos (afortunadamente, inofensivos). El camino, una vez rodeado el cortijo, se estrecha y la vegetación va cambiando. A derecha e izquierda, aparecen carteles que nos conducirían a la Fuente del Elefante, al Caño, a los Baños de Popea... vamos salvando los cauces secos de distintos arroyos, y las ruinas del Martinete y la Casa del Coronel.
El sendero termina en un hermosísimo paraje: un pequeño remanso que recoge las cristalinas y frías aguas del arroyo Bejarano que caen, alegres, desde una pequeña cascada.


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