Proponemos una pequeña ruta circular, de apenas 8 kilómetros, que atraviesa los principales arroyos de esta zona hasta la desembocadura en el río Guadiato.
El camino empieza en la entrada de Trassierra y transcurre, durante el primer kilómetro y medio, por las carreteras de las urbanizaciones.
En la vereda de la Pasada del Pino tomamos la bifurcación de la derecha, dirección este, y cruzamos por primera vez el arroyo del Molino (que íba completamente seco). Cambiamos de dirección hacia el norte, justo después de cruzar el arroyo del Coronel, donde encontramos la primera cerca.
Ya por el cortijo del Bejarano y después de subir y bajar un par de lomas, llegamos hasta el arroyo Bejarano a la altura del primer venero. Cruzando el arroyo, tomamos el camino de la izquierda después de abrir una nueva verja. El sendero transcurre en paralelo al pequeño curso que serpentea bajo un espectacular bosque de bóveda, por el que las escasas aguas del Bejarano transportan un sinfín de hojas recordándonos que estamos en otoño.
El cauce del Bejarano nos lleva hasta el Guadiato, la escasez del caudal nos presenta un río repleto de guijarros y prácticamente represado.
Aunque la vegetación dificulta el paso, avanzamos algunos kilómetros por su margen izquierda hasta donde desemboca, cuando hay agua, el arroyo del Molino.
Empredemos ahora una escarpada subida dirección sudeste, paralelo a este cauce y, después de una visita frustrante a los baños de Popea, alcanzamos por fin el carril que nos conduce de nuevo hasta la vereda y la carretera donde termina la ruta. Si quieres ver todas las fotos pincha aquí
El camino empieza en la entrada de Trassierra y transcurre, durante el primer kilómetro y medio, por las carreteras de las urbanizaciones.
En la vereda de la Pasada del Pino tomamos la bifurcación de la derecha, dirección este, y cruzamos por primera vez el arroyo del Molino (que íba completamente seco). Cambiamos de dirección hacia el norte, justo después de cruzar el arroyo del Coronel, donde encontramos la primera cerca.
Ya por el cortijo del Bejarano y después de subir y bajar un par de lomas, llegamos hasta el arroyo Bejarano a la altura del primer venero. Cruzando el arroyo, tomamos el camino de la izquierda después de abrir una nueva verja. El sendero transcurre en paralelo al pequeño curso que serpentea bajo un espectacular bosque de bóveda, por el que las escasas aguas del Bejarano transportan un sinfín de hojas recordándonos que estamos en otoño.
El cauce del Bejarano nos lleva hasta el Guadiato, la escasez del caudal nos presenta un río repleto de guijarros y prácticamente represado.
Aunque la vegetación dificulta el paso, avanzamos algunos kilómetros por su margen izquierda hasta donde desemboca, cuando hay agua, el arroyo del Molino.
Empredemos ahora una escarpada subida dirección sudeste, paralelo a este cauce y, después de una visita frustrante a los baños de Popea, alcanzamos por fin el carril que nos conduce de nuevo hasta la vereda y la carretera donde termina la ruta. Si quieres ver todas las fotos pincha aquí
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